Se acerca el final del año y con él la revisión de un año más y la creación en nuestro imaginario de cómo será el próximo.
Vista la velocidad a la que va todo, seguro que no nos equivocamos si te decimos que se te ha pasado el año volando, que apenas te has enterado y que prácticamente no has parado…
Pero nos gustaría preguntarte:
¿estás contenta con las elecciones que has tomado? ¿Te has disfrutado este año? ¿Has sido el centro de tu vida?
Si ha sido así… ¡Enhorabuena! Y sigue así, planifica tu próximo año y vívelo tan presente e intensamente como este (¡o más!).
Pero si hay respuestas negativas a estas preguntas…
¡quédate!
vamos a hablarte de por qué te resulta (casi) imposible ser tu centro, disfrutarte y gozar, pero también de cómo puedes lograrlo y con qué recursos ya cuentas para ello, porque te pertenecen biológicamente (aunque igual no te hayas enterado que están a tu alcance)
Índice
Artículo locutado
¿Por qué nos resulta tan difícil a las mujeres ser el centro de nuestras vidas, disfrutarnos y darnos placer?
Aquí tenemos que remontarnos a mucho, mucho tiempo atrás. SIGLOS en los que se nos ha dicho que éramos menos. Durante los que se nos ha tratado como seres de segunda. Años y años de hacernos sentir menos importantes, menos válidas, menos dignas, menos capaces y absolutamente menos merecedoras…
Si esto lo pasamos a lo físico, durante todo este tiempo el cuerpo de la mujer ha sido física, biológica y sexualmente usado, abusado, menospreciado y anulado.
Pero ojo, todo esto no lo decimos para crear un rechazo hacia los hombres y nuestra cultura, y culpar a unos y otra de todos nuestros males. Así, de manera indirecta, les seguiríamos dando un poder que no es suyo y nosotras nos seguiríamos quedando en un rol de víctima que no nos fortalece.
Las cosas han sido así, porque la humanidad tiene debilidades, siglos de debilidades e interpretaciones erróneas de la realidad, que se han perpetuado.
Pero tenemos la capacidad de cambiar todo esto. Podría parecer que no, especialmente cuando se trata de algo tan inmenso e importante como cambiar siglos de creencias (erróneas), pero tenemos los recursos para transformar realidades.
Solo tenemos que EMPEZAR a trabajar desde nosotras mismas. Intentando dejar de repetir esos errores. Después, poco a poco, esto, tiene un efecto multiplicador y contagioso.
Afortunadamente vamos contando con literatura reciente que nos ayuda a reflexionar sobre estos temas como por ejemplo “VAGINA” de Naomi wolf, “Nacidas para el placer” de Mireia Darder, “Mujeres invisibles para la ciencia” de Carme Valls o “No es país para coños” de Diana López Varela y muchos más, en los que podrás profundizar sobre todo esto de lo que te estamos hablando.
Por cierto, si te apetece, nos encantará saber cuáles son tus recomendaciones bibliográficas
¿Cómo nos ayuda la neuroplasticidad cerebral a conectar con el merecimiento?
Si lo piensas por un momento, nuestra cultura está tan inmersa y afianzada en el sufrimiento, la culpa, la queja… que cuando «aparece» alguien que vive con placer y disfrute, suele ser una persona muy criticada y juzgada por la sociedad. Como si eso no fuera posible, como si no tuviera que ser así.
Pero nuestra bioquímica es tan maravillosa, que tiene la capacidad de entrenarse. Si entrenas la queja, el enfado, la crítica destructiva, más se fomenta. Pero si por contra lo que haces es entrenas la bondad, el altruismo, el placer, más fácil le resulta a tu cerebro generar neuroconexiones y segregar sustancias vinculadas con el placer y el bienestar.
Esta capacidad mal gestionada puede ser un arma de doble filo, porque para sobrevivir, nos permite adaptarnos a ambientes adversos.
Es precisamente gracias a esta neuroplasticidad y capacidad adaptativa del cuerpo, que las mujeres hemos podido vivir durante tantos años alejadas de nuestra realidad cíclica. Pero esto a la larga, al igual que cultivar la queja, la culpa, la envidia, nos enferma y agota a partes iguales.
Por ello es tan necesario que conectemos de nuevo con el cuerpo y toda su información interoceptiva. Esa información tan importante que nos da el cuerpo para decirnos qué necesita.
Hidratarse, alimentarse, descansar, moverse, rascarse, estirar, miccionar, defecar, llorar, reir, dormir, menstruar, orgasmar, parir…necesidades corporales que respetadas y escuchadas, nos regalan momentos de placer maravillosos.
Porque si lo piensas:
- Mereces comer rico y alimentos que te nutran
- Mereces menstruar con calma
- Mereces tener un sueño reparador (si tienes bebés o peques, todo vuelve)
- Mereces defecar y miccionar cuando te lo pide el cuerpo.
- Mereces hidratar todas tus células
- Mereces vivir en PLACER tu cotidiano.
- Mereces disfrutar del sexo y del placer sexual.
- Mereces estar con tus hijxs jugando sin tener la cabeza en mil sitios.
Mereces todo esto y más, porque son innatos en ti. Pero lo hemos silenciado y ocultado tanto, que necesitamos reentrenar de nuevo nuestro cuerpo para conectar con toda esta información.
5 recursos para cultivar el merecimiento
1. Conocer tu ciclicidad femenina
Ya lo sabes, si nos sigues, sentimos ser como pepitas grillas, pero la herramienta más potente y accesible que dispones es conocer tu ciclicidad femenina. Por que mereces saber cómo funciona biológicamente tu cuerpo, tus fases menstruales y cómo estas actúan sobre ti. Pero sobretodo mereces saber cómo vivir de acuerdo a ellas mejorará tu vida. Para nosotras la base de esta información está en este artículo.
2. El diagrama menstrual
Para que esta información pase de conocimiento a Autoconocimiento, una herramienta gratuita de la que dispones siempre es el DIAGRAMA MENSTRUAL. Rellenarlo, es una declaración de intenciones clara de que te interesa saber cómo eres.
A veces necesitarás ir de la mano de profesionales, evidentemente, pero gracia a este ejercicio conectas con tu cuerpo y bajas al papel toda la información, pasando a ser la primera en detectar qué está pasando en él.
Si esto te interesa y quieres saber cómo rellenarlo, suscríbete aquí y recibirás en tu correo un video explicativo y un descargable para empezar a hacerlo. Mereces conocer tus propios dones y características cíclicas.
3. Muévete desde el disfrute
El movimiento en sí es recursazo que tiene nuestro cuerpo (el sedentarismo no es algo natural de los seres humanos). Solo que muchas veces lo ponemos en práctica desde «la obligación” (entre comillas) del ejercicio físico como medio de salud. Pero realmente mereces poder practicarlo con conciencia y placer.
Es verdad que cuando nos ejercitamos, todas sentimos sus beneficios al momento. Estos, no obstante, son mayores cuando disfrutamos, cuando la actividad física o deporte en sí nos gusta. Si a esta práctica, además, le sumas un ejercicio de conciencia, bajando tu atención al cuerpo, moviéndote desde tu energía física real, desde lo que te apetece realmente y no desde la exigencia impuesta o autoimpuesta, estarás multiplicando considerablemente sus beneficios, ya que estarás moviéndote desde el placer.
Si te interesa, este artículo habla en concreto de este tema en profundidad.
4. Reduce la carga mental
Equilibra la balanza de la organización cotidiana para no experimentar carga mental o reducirla. Aquí tienes 6 consejos redactados por Rebeca, nuestra psicóloga, para ponerlo en práctica.
5. Déjate acompañar por tu tribu
Nuestro recurso estrella es recordar que juntas somos más felices. ¿No te ha pasado que días que estabas de bajona, encontrarte con tus amigas ha sido la mejor medicina? Por eso un recurso imprescindible es cuidar y cultivar tu tribu de mujeres.
Como ves, te hemos nombrado los diferentes recursos y a cada uno de ellos le hemos lincado otros artículos por si quisieras profundizar. Poco a poco, con buena letra, sin necesidad de empezar con todos a la vez.
No te resignes a una vida huérfana de placer y conquista tu disfrute y merecimiento. Porque si no lo haces tú, seguro que nadie vendrá a regalártelo.
¡Un abrazo!