Actualmente son muchas las mujeres que, cuando les preguntas qué tal están, su respuesta es «No puedo más… ¡Estoy agotada!». Lo que es un síntoma clave de la Carga Mental.
Índice
Una vida sin descanso mental
Expresiones como “¡Ya no puedo más!» «¡Estoy agotada!” «Me bajo de la vida» las escuchamos más habitualmente de lo que nos gustaría en nuestras consultas. Con frecuencia en mujeres que, si miramos su vida a vista de pájaro, aparentemente son mujeres triunfadoras, con profesiones y cargos importantes y con familia/pareja estructurada y “feliz”.
Sin embargo, si bajamos a mirar su día a día, viven con un nivel de estrés alto y sostenido en el tiempo. Porque todo su tiempo, todo su día, todos sus días, tienen mil tareas que hacer que nunca se acaban, porque son circulares y siempre vuelven a empezar.
Además de las tareas propias de su profesión, muchas mujeres cargan con una tarea invisible, silenciosa e infravalorada que es la gestión, planificación y organización del hogar y la familia. Además, obviamente, de la ejecución de gran parte de esas tareas.
Eso se traduce en que la cabeza de esta mujer no para de trabajar “nunca”: programa, prevé, diseña planes, se adelanta a posibles fallos o problemas, tiene en cuenta muchos detalles, estructura, planifica, sostiene emocionalmente… uff!!
Síntomas físicos y mentales vinculados al «ya no puedo más, estoy agotada»
Esta situación sostenida en el tiempo se traduce en que muchas de estas mujeres comienzan a experimentar algunos de estos síntomas:
A nivel físico:
- Sensación de cansancio
- Dolor de cabeza
- Somnolencia por el día, insomnio por la noche
- Calambres
- Tics
- Hipertensión
- Sudoración excesiva
- Disnea
- Úlceras
- Entre otros
A nivel mental:
- Inseguridad en la toma de decisiones
- Preocupación excesiva
- Mal humor
- Irritabilidad
- Disminución de la atención y concentración
- Disminución de la capacidad de retener información
- Sentimientos de soledad
- Baja autoestima
- Entre otros
En casos más graves
- Ansiedad
- Depresión
- Abuso de tabaco y alcohol
- Entre otros
En definitiva, todavía hoy la labor de planificación, organización y toma de decisiones en el hogar la asumen mayoritariamente las mujeres. Siendo este un trabajo invisible, sin remuneración, poco valorado y no reconocido (algunas veces por el compañero, pero es que a veces incluso por la propia mujer). Que puede aumentar el estrés y la ansiedad, además de ser la base de muchos conflictos de pareja.
Carga mental
Si te has sentido identificada en lo escrito hasta ahora que sepas que eso tiene un nombre. Se llama Carga Mental.
El concepto de Carga Mental fue descrito por primera vez por la socióloga Susan Walzer, en 1996, en su estudio “Thinking about the baby”.
Resumiendo mucho es el síndrome de las mujeres que viven abrumadas por el cúmulo de responsabilidades de su vida cotidiana: hacer la compra y pensar qué comer cada día, acordarse de pagar a tiempo las facturas, organizar las tareas de casa, lavadoras, ropa, compras, comidas, planes sociales, planificación de vacaciones… Y si eres madre a eso le sumas: acudir a las reuniones del AMPA, estar pendiente de las citas médicas, preparar el traje del festival de Navidad…
Los datos son claros:
El 71% de las mujeres sufren carga mental. Frente a ellas, solo el 12% de los hombres lo experimentan.
En el caso concreto de España, 3 de cada 4 mujeres sufre carga mental, aunque un 40% de ellas desconoce el concepto y el 45% nunca ha hablado con nadie de este asunto.
El dato aumenta al 91% si son madres.
El 63% de las madres españolas afirman que todos los días tienen en mente un listado infinito de cosas por hacer, frente al 25% de padres que experimentan esta misma sensación.
La corresponsabilidad aún no se ha conseguido. Los datos lo dejan claro. Aunque el 46% de las parejas creen que comparten las tareas, la realidad no es así. Según el Instituto Nacional de Estadística, el tiempo que las mujeres dedican a trabajos del cuidado y del hogar duplica al de los hombres. Ellas destinan 26,5 horas a la semana, frente a las 14 horas de ellos.
Los hombres aún no se han implicado, en la misma medida que las mujeres, en el cuidado del hogar y la familia. Esa falta de reparto en las tareas domésticas lleva a que sean las mujeres quienes sigan haciendo dobles jornadas laborales, con las consecuencias que ello conlleva para su salud física y mental.
Por lo tanto es un tema importante que debemos tener en cuenta y sacar a la consciencia, para poder cambiar esta situación, por el bien de las propias mujeres.
Además de estos datos abrumadores desde Dona Cíclica nos gustaría hacer contigo una reflexión:
Si tu no eres lineal, si tu energía fluctúa, teniendo diferentes cualidades según tus ciclos vitales, ¿Cómo crees que te sienta mantener este nivel sostenido de tareas todo el tiempo? Nivel que va completamente en contra de tu naturaleza y realidad interior.
Cada fase folicular, sientes que podrás con todo, pero cada fase lútea y menstrual, tocas fondo, para después volver a la folicular… Y así, en esta rueda de hámster, llega un momento en el que “Ya no puedes más”.
6 consejos para aligerar la sensación de «Ya no puedo más»
Tomar las riendas de nuestra vida, de nuestra mente y de nuestras energías es posible. Si te conoces biológica y cíclicamente sabrás qué momentos son mejores para qué tareas.
Si desconoces cómo funcionan tus ciclos, te recomendamos leer este artículo.
De momento aquí te dejamos 6 tips para empezar a cambiar ese patrón y hacer desaparecer la carga mental de tu día a día:
- Reparto de tareas de hogar por paquetes completos.
Es decir, si alguien se encarga de la ropa, se encarga de la ropa en todo su circuito: comprar, lavar, planchar o doblar, guardar. Para que el otro pueda desentenderse de esa tarea por completo, soltando no solo el trabajo físico, sino también la planificación y gestión de la misma.
Aquí se pueden tener en cuenta preferencias, hobbies o conocimientos, a la hora del reparto.
- Además de repartir las tareas, adjudicar las tareas por días o momentos concretos.
Esto ayuda mucho a descargar la cabeza, ya que si sabes que la compra se hace sábado y viernes tenéis que hacer el menú y la lista, el resto de la semana te olvidas de eso. El secreto está en dar a todo su momento y su espacio de organización y realización.
- “Planificadores en la nevera”.
Al principio sobre todo, ayuda mucho tener un calendario muy visual con las tareas y la persona que las debe realizar. Recuerda en este calendario reflejar los espacios de organización y planificación. Esto hará muy visual esas tareas “invisibles”.
- Relacionado con el punto anterior, hay que dar el tiempo a que la otra persona aprenda a desempeñar su nueva tarea con la eficacia y rapidez que ya lo haces tú. Acepta sus errores y no te adelantes a corregirlos. Del propio error se sacan muchos aprendizajes.
- Aprende a delegar.
Esto es importante. Si queremos quitarnos responsabilidades tenemos que confiar y soltar. Y aceptar que hay más de una manera de hacer las cosas. No siempre es fácil soltar el control…
- Con las tareas que a tí te correspondan tras el reparto 😉, organízalas en función de tus ciclos menstruales.
Al principio, si no estás familiarizada con ellos y sus beneficios, puede parecer un trabajo extra, pero si te alineas con tu propia biología, vas a encontrar grandes beneficios en muy poco tiempo. Así en la fase folicular puedes hacer lo que más te cuesta ya que tienes mucha energía, en la ovulatoria, los acontecimientos sociales, en la lútea, organizas y planificas y en la menstrual descansa todo lo que puedas y aprovecha para revisar y comprobar si las cosas están alineadas a tus valores, a tus principios, a tu cuidado y al de los tuyos.